Te sufro Puebla

No, Puebla, a ti no te disfruto. A ti, mi querida Franja, te sufro y lo hice como miles de almas que ayer se dieron cita en el Estadio Cuauhtémoc, que olvidaron por un momento ese 8-0 en contra y llegaron nuevamente al coloso con los ánimos de verte ganar.

Y es que pese a la inoperancia de los primeros minutos, la desafortunada lesión de Carlos Guzmán y el tirón de Matías Alustiza, muchos guardábamos la esperanza de que se ganara, aunque sea con un autogol.

Así fue, el único balón que tocó correctamente Carlos Sánchez se convirtió en la anotación de DaMarcus Beasley. Un gol que rompió una racha de 4 partidos sin marcar y un gol que liberó un poco de presión en la escuadra poblana.

Reprochable nuevamente es la actitud de Jesús Chávez, quien pese a dar un juego aceptable se lleva un enorme tache por encarar a un sector de la afición y retirarse al vestidor sin despedirse del respetable. Poca autocrítica del llamado “Chaveta”.

Una llamada de atención también merece Jorge Villalpando, quien con evidente exceso de confianza estuvo a punto de comerse un gol desde media cancha y fue corresponsable de la expulsión de Alan Zamora, a quien le entregó un balón muy comprometido.

Falta mucho trabajo en este equipo, pero se debe rescatar la dosis de confianza adquirida al sumar por primera vez en el Clausura 2014 un triunfo en casa.

También debemos resaltar el reencuentro de Luis Noriega con ese espíritu de lucha que perdió tras el garrafal error ante Cruz Azul.

Qué decir de Maicon dos Santos, quien pese a no marcar gol se le notó con ánimos de hacer la diferencia. Tal vez con un poco más de tiempo en el equipo veamos un mejor desempeño del brasileño.

Pero, amigo aficionado, pongamos los pies en la tierra. Este Puebla no está para pelear grandes cosas ni siquiera para la posición 10 de la Tabla General.

En la semana aceptó Jesús López Chargoy que se había equivocado en el armado del equipo y ayer Rubén Omar Romano dijo que la próxima temporada habrá inversiones fuertes; sin embargo, esto ya se ha dicho en otras ocasiones. Diría el clásico: “Hasta no ver, no creer".

Mientras tanto, hay que seguir sufriendo al Puebla… como siempre, como ya nos acostumbramos.

Por: Gustavo Mirón Reyes